La energía solar fotovoltaica transforma de manera directa la luz solar enelectricidad empleando una tecnología basada en el efecto fotovoltaico.
Puede ser
La energía solar fotovoltaica no emite gases de efecto invernadero y por tanto no contribuye al calentamiento global. De hecho, ha demostrado ser una de las tecnologías de energías renovables más eficaces en la lucha contra el cambio climático.
A diferencia de las fuentes de energía tradicionales como el carbón, el gas natural, el petróleo o la energía nuclear, cuyas reservas son limitadas, la energía solar está disponible globalmente y sintonizada con los ciclos naturales (por eso la llamamos energía renovable). Por ello, son elementos esenciales de un sistema energético sostenible que pueda alcanzar el desarrollo actual sin poner en peligro a las generaciones futuras.
Entre todas estas ventajas, es importante destacar que la energía solar fotovoltaica no emite sustancias tóxicas ni contaminantes atmosféricos que puedan causar grandes daños al medio ambiente y a las personas. Las sustancias tóxicas acidifican los ecosistemas terrestres y acuáticos y corroen los edificios. Los contaminantes del aire pueden causar enfermedades respiratorias como enfermedades del corazón, cáncer y asma. La energía fotovoltaica no produce residuos ni contamina el agua, factor muy importante teniendo en cuenta la escasez de agua.
Hoy en día, la energía renovable, especialmente la eólica y la solar, es más barata que la energía convencional en la mayor parte del mundo. Las principales tecnologías de energía renovable están reduciendo drásticamente los costos, por lo que ya son totalmente competitivas con las tecnologías convencionales en un número cada vez mayor de regiones. Las economías de escala y la innovación han hecho de la energía renovable la solución más sostenible, no solo ambientalmente sino también económicamente, para hacer avanzar al mundo.